Les dejo un articulo que querria haber escrito yo pero lamentablemente no fue asi, un abrazo.

Hay cosas que han ido quedando en la historia sin que nos demos cuenta. o casi. Y son multitud. Entre ellas, recordemos, el asado de los albañiles.
¿Quién -con varios años a cuestas- no lleva en su memoria olfativa la imagen aperitiva del humito escapando entre los andamios, la cal, la arena y el cemento?
Asado que, a fuer de sinceros, era falda parrillera.
Pero, ¿para qué andar con chiquitajes gourmets si la tira jugosa cortada a cuchillo sobre un pan era el mejor de los manjares para el capataz, el oficial y hasta para el media cuchara? Y la envidia de todos los que pasábamos por una obra al mediodía.
¿Ensalada?: "para las vacas que comen pasto...", era la respuesta compinche.
El asado, con algún trago del pico, era el 'menú albañil'. No más. Patentado sin discusión... Y un día desapareció, sí señor.
Hago memoria y no puedo recordar cuándo; pero hace mucho.
Nada que ver con la soja, la falta de gasoil o el lío campo-gobierno- Cobos.
¿Cuándo? Como digo, no sabemos. Por lo menos yo no lo sé.
¿Cómo? Fue lentamente. Primero, el fueguito de carbón dejó de ser la convocatoria de todos los días; después la abstinencia se fue extendiendo y los comensales iban reemplazando la falda parrillera con fideos al tuco que traían de 'las casas', algún guiso de arroz, o un sandwich de milanesa o mortadela. Todo con gaseosa.
EL PRECIO DEL CARBON
¿Y por qué pasó a ser finado definitivo el asado de los albañiles? Podemos suponer varios porqués: porque a los capataces no les fue gustando el tema de que algún media cuchara dedicara una hora de su jornada al tema de preparar el manduque; o porque la veda al vino dejó sin una pata al churrasco; o porque o porque o porque.
Hubo -y hay- otras causas concurrentes para la extinción del asado de los albañiles; como, por ejemplo, el precio del carbón. Aunque usted no crea.
¿Que no hacía falta carbón porque se podían quemar maderas de las que sobran en cualquier obra? No, amigo, uno puede ser pobre y delicado a la vez. Si usted hace un asado con madera de obra le sale chamuscado y con gusto a cal o cemento, sino a pintura o cualquier otro contaminante. Carbón, a muerte. (Y porque no hay tiempo para prender leña). Pero el precio del carbón saltó más que el de la misma carne.
Mire, le voy a contar:
Antes -en aquel entonces, como decimos los veteranos- el costo de un asado entre amigos se solventaba así: un grupo de convocados compraba la carne; y los otros, en cantidad equivalente, lo "ensillaban". Ensillar era hacerse cargo de pagar el vino, gaseosas, la ensalada, el pan, algún salame y las naranjas (postre obligado de tal comilona).
Del carbón o la leña, nadie hablaba. Hoy, al precio que tienen estos ígneos elementos, hay que dividir los costos en tres: unos aportan para la carne, otros para la ensillada y los terceros compran el carbón o la leña. (¿Exagero?)
SIN GUSTO, O PEOR
Pero, olvidémonos del extinto asado albañil. Ahora el asado todo está bajo la amenaza de un fenómeno: ¡El feed lot! Este invento de países sin tierras y sin pasto, que consiste en acorralar a los novillos para que no caminen y traguen alimento balanceado -en base de no se sabe que ingredientes-, y así engordar a morir.
Para colmo, por esas cosas de la economía (o de la política) esta producción está subsidiada. Así que, de aquí en más, todos comeremos carne vacuna de feed lot.
Por estos lares ya la estamos masticando. ¿Qué, no se dio cuenta? Mire una tira de asado... o un bife... o la colita de cuadril. ¿Ve esa grasa blanca que parece una vela? Usted está ante un corte de carne de vaquillona o novillo engordados de prepo.
En cuanto a su sabor, cada vez se parece más al chancho, a algún plumífero, cuando no al pescado.
¿No me cree? Haga la prueba: que le tapen los ojos y le den a catar un bocado de carne de cerdo, otro de novillo y un tercero de pollo. Seguramente se va a quedar con la ensalada, esa que comían las vacas, cuando comían pasto.
Y algún día, en el futuro, una carnicería colgará un cartel: 'Se vende carne de vaca de campo'. Y los clientes van a comentar: "Sí, dicen que es más sana. Pero tiene gusto fuerte y es dura".
¡Buen provecho!
changoalbertengo@hotmail.com